Uno de los símbolos de Nueva York, y hasta de los Estados Unidos es la famosa Estatua de La Libertad. Es una visita que no pueden dejar de hacer en su viaje a Nueva York.

Un poco de historia de la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad es el símbolo de la amistad que une a Estados Unidos y Francia. La idea del monumento surgió en Francia, en 1865, como un obsequio por el centenario de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos.

Para diseñar la obra se eligió al escultor Frédéric Auguste Bartholdi, quien propuso el símbolo de la libertad para destacar que la idea del Nuevo Mundo era también la idea de un mundo libre.

Bartholdi, luego de construir el modelo a escala, se puso en contacto con Gustave Eiffel quien diseñó la estructura de hierro y acero de 125 toneladas.

En 1884 la estatua de La Libertad iluminando el mundo fue presentada al embajador de Estados Unidos en París y, posteriormente, desmontada para cruzar el Atlántico.

En junio de 1885 la estatua llegó en barco a New York y así es como, el 28 de octubre de 1886 tuvo lugar su inauguración.

Visita a la Estatua de la Libertad

Visitar la Estatua de la Libertad es una excursión imperdible de Nueva York. Esto se debe no solo por ser el símbolo de esta gran ciudad, sino que además se puede disfrutar de una vista única de Manhattan, desde la misma estatua y desde el ferry que incluye el paseo.

Ferry a la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad se encuentra ubicada en la Isla de la Libertad. A ella se llega tomando un ferry desde la estación de Battery Park situada al sur de Manhattan. En la estación podrán comprar el ticket que les permitirá acceder a la Isla de la Libertad y luego los llevará a la Isla de Ellis, que también vale la pena visitar porque allí se encuentra el Museo de la Inmigración.

Si van por su cuenta, pueden consultar los horarios y sacar el ticket para el ferry desde esta página de Statue Cruises

Si prefieren contratar una excursión con tickets y guía en español, pueden hacerlo desde este enlace Tour a la Estatua de la Libertad y Ellis Island.

Es importante que sepan que el acceso al ferry tiene las medidas de seguridad similares a las de un aeropuerto. Es por eso que es aconsejable llegar con anticipación porque les revisarán bolsos y mochilas.

El viaje en ferry hacia la Estatua de la Libertad dura unos pocos minutos. En el camino podrán tomar las mejores fotos mientras se acercan a la estatua.

Estatua de La Libertad y el Skiline de Manhattan
Estatua de La Libertad y el Skiline de Manhattan

Isla de la Libertad

Al bajar del ferry en la Isla de la Libertad y comenzar a caminar hacia el pedestal de la Estatua de la Libertad, es cuando se comprende las dimensiones del monumento. Siempre se ve desde lejos y en fotos, pero al poder apreciarlo desde el mismo lugar, se entiende por qué es tan importante y por qué los inmigrantes que llegaban al país por barco se sorprendían por su grandeza.

Estatua de La Libertad
Estatua de La Libertad

En la visita, podrán pasear por la isla y llegar hasta el pedestal de la estatua. Desde ahí, podrán bordear el monumento, en una hermosa recorrida apreciando una maravillosa vista del Skyline de Manhattan.

Fran aprovechó el momento para correr por el césped y jugar con unas gaviotas.

Si lo desean, podrán acceder al interior de la estatua y al pedestal, hay diferentes tickets de acuerdo a la zona que quieran conocer. Incluso se puede acceder a la corona de la estatua, pero tendrán que sacar la entrada con bastante anticipación ya que solo se puede subir de grupos de a 10 personas y los cupos están muy limitados.

Luego de sacarse las típicas fotos, con poses graciosas, saltando y hasta disfrazados de estatua, podrán seguir la excursión hacia la Isla de Ellis.

Isla de Ellis

El ferry que pasa por la Isla de la Libertad los llevará a la Isla de Ellis. Esta isla era la puerta de entrada de los inmigrantes al Nuevo Mundo.

En el año 1900 se inauguró un imponente edificio de estilo Bellas Artes, que fue ampliado para poder recibir a la masiva llegada de inmigrantes. Se estima que entre el 1900 y el 1924 llegaron a la isla un promedio de 5000 inmigrantes por día.

Hoy en día, en la Isla de Ellis se encuentra el Museo de la Inmigración.

Museo de la Inmigración

Al llegar el museo, se podrá observar la consigna de equipajes, donde las personas eran separadas.

A continuación, podrán observar una película de 30 minutos, pasando luego a recorrer el gran vestíbulo, en donde los inmigrantes esperaban para pasar por los controles de salud y de documentación. Este, quizás, sea el lugar más emotivo, ya que no es difícil imaginar la sensación de angustia y temor a ser deportados que vivirían las personas.

Gran Vestíbulo

La visita al museo de la Inmigración continua en una sala donde se exhiben objetos personales donados por los mismos inmigrantes o sus familiares. Es aquí donde se podrán ver ropa, vestidos de novia, zapatos, baúles y hasta los dormitorios comunes y la documentación en donde se registraba a los recién llegados.

Objetos personales de inmigrantes
Objetos personales de inmigrantes

La visita finaliza en el exterior donde se encuentra el Muro de Honor del Inmigrante americano. En él se encuentran grabados los nombres de 700 mil inmigrantes y descendientes.

Luego de la visita, como nos estaba dando hambre, decidimos almorzar una típica comida americana con hamburguesas y papas fritas en el bar del Museo de la inmigración.

Luego de este recorrido tomamos el ferry que nos llevó a Manhattan, regresando a la estación Battery Park. Durante ese trayecto la vista de Nueva York es maravillosa. Así que vale la pena un último esfuerzo para disfrutar y tomar fotografías.

Skyline de Manhattan
Skyline de Manhattan

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